Lo ideal es que el título refleje el contenido del blog y que, además, sea interesante o que, al menos, resulte llamativo.

Recuerda que cuando entramos en una plataforma o agregador de blogs vemos un listado con los títulos de los últimos blogs actualizados.

Un buen ejemplo lo encontrarás en el servidor Bitàcoles.com .



Algunos presentan un listado con todos los blogs hospedados en su servidor, ya sea por orden alfabético o clasificados por países o categorías. Puedes comprobarlo en Bloc.cat.


También están los directorios y los rankings. Los primeros nos presentan los blogs agrupados por su temática, los segundos por la popularidad entre sus visitantes...

Si lo recuerdas, ya presentamos algunos ejemplos en el módulo 2.

¿Qué es lo que te hace abrir un blog que no conoces? Indiscutiblemente el título. A menos que tengas uno de aquellos días suicidas... Sí, esos días de aburrimiento total, en que simplemente te mantienes navegando por la red sin rumbo, sin criterio, abriendo webs aleatoriamente.

Ten presente no obstante, que el título del blog no lo es todo: aunque el título sea muy interesante, llamativo e impactante a primera vista, si alguien entra en el blog y el contenido (diagramación, diseño, colores, imágenes, temas, narración...) es pobre o ininteligible, el visitante no dudará en utilizar la poderosa X.

¿Qué crees que es preferible?

¿Un título excelente, que te asegurará un montón de visitas diarias al blog, aunque su contenido sea mediocre y donde la mayoría de los visitantes se queden menos de 30 segundos?

¿O un contenido de calidad, pero con un título tan anodino, descolorido o pusilánime que no motiva a entrar y que por tanto, nadie lo visita?

Por lo tanto, un consejo: evita poner títulos que empiecen con el genérico "El blog de..." seguido por un nombre personal. Aunque faciliten la identificación del autor o autora, a no ser que seamos muy conocidos o mediáticos, no nos ayudará en nada.


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